martes, 21 de junio de 2016
viernes, 17 de junio de 2016
VERDADES Y MENTIRAS DE LOS DIÁLOGOS DE LA HABANA
¿Por qué en medio de los diálogos de paz, las masas laboriosas
continúan padeciendo hambre, miseria y explotación? ¿Por qué si el gobierno y
los medios de comunicación dicen que la paz está a la vuelta de la esquina, siguen
muriendo líderes indígenas, sindicales y sociales? ¿Por qué si se promueve un
ambiente de pacificación, las manifestaciones del pueblo son atendidas a
garrote y bala?
Algo anda mal compañeros, para todos es evidente que la paz
pregonada por los explotadores, no se corresponde en los hechos con lo que las masas
anhelan como una verdadera paz. Lo que
reciben es garrote, medidas en contra de los trabajadores y las masas populares,
persecución, represión, explotación, miseria, muerte, desplazamiento… En fin,
con la paz negociada en La Habana, al pueblo colombiano le toca la peor parte.
Entonces, ¿será que los proyectos de paz entre los representantes
de las clases dominantes y los jefes guerrilleros, es la paz que necesitan las masas
en Colombia? ¿De todo lo que han acordado, quedará algo que realmente le sirva
al pueblo colombiano? ¿Serán las víctimas de la guerra contra el pueblo,
realmente reparadas?
Los invitamos a enterarse del verdadero carácter que tiene
la paz que están negociando en La Habana, las consecuencias que tiene para el
pueblo y los luchadores, y en últimas, los verdaderos intereses que tienen los
ricos del país en que se firme esa paz, que no es la paz del pueblo.
Si quieren saber éstas y otras cosas sobre el proceso de paz
entre el gobierno de Santos y los jefes de las FARC los invitamos a una Conferencia
sobre este importante tema.
SABADO 25 DE JUNIO – 3:00 P.M.
CARRERA 3 # 12C-48
LA CANDELARIA - BOGOTÁ
Comité de Lucha Popular de Bogotá
SIGUEN ASESINANDO MIENTRAS HABLAN DE PAZ
Sí, mientras los gobernantes y guerrilleros hablan de
paz y posconflicto… el Estado en cabeza de Santos y los grupos paramilitares
amparados por las fuerzas militares, siguen asesinando dirigentes sociales,
reclamantes de tierras y activistas de “derechos humanos”. Esa es la paz de los
oligarcas y del gobierno que los dirigentes de la llamada izquierda y los
directivos de las centrales sindicales respaldan y ayudaron a reelegir.
Las cifras son escandalosas. Según el diario El
Espectador del 5 de abril, en el transcurso del año: “se han producido 28
asesinatos, 13 de los cuales se dirigieron contra defensores de derechos
humanos y 15 fueron objeto de acciones de 'limpieza social', estrategia de los
criminales para crear miedo.”
El propio Ministro de Gobierno, Juan Fernando Cristo
reconoció el 9 de abril que en lo que va corrido del año han sido asesinados 12
dirigentes sociales, es decir un crimen político por semana; en una declaración
hipócrita dijo: “andamos en contacto con dirigentes de derechos humanos, de la Marcha
Patriótica, de la Unión Patriótica, la Cumbre Agraria y les estamos pidiendo
que conformen un equipo con cinco representantes de las organizaciones sociales
para establecer medidas”. Y se
comprometió a crear una comisión con representantes del ministerio de Defensa,
la Policía Nacional, entre otras, las mismas fuerzas encargadas de perpetrar y
encubrir los crímenes “a fin de evitar que sigan asesinando a líderes sociales
en el país”.
Es tan terrible la situación de violencia e impunidad
que hasta el gobierno central de Estados Unidos se pronunció preocupado porque
en Colombia impera: “Un sistema judicial ineficaz sujeto a la intimidación
limita la capacidad del Gobierno para perseguir eficazmente a individuos
acusados de violaciones de derechos humanos, entre ellos exmiembros de grupos
paramilitares”. Y porque sigue rampante la actividad de “grupos criminales,
algunos de los cuales integran antiguos paramilitares”.
Por su parte, voceros de Marcha Patriótica afirman que
sólo en el mes de marzo las víctimas superan a las que ha informado el gobierno
para todo el año y entre las que se cuentan: Maricela Tombé del Congreso de los
Pueblos, Alexander Oime de la Organización Nacional Indígena de Colombia, Klaus
Zapata de la Juventud Comunista, Milton Escobar de la Unión Patriótica, William
Castillo, Alex Carrillo, Cristian y Jorge Castiblanco de Marcha Patriótica. En
los primeros días de abril aparecido muerto con signos de tortura el joven
estudiante Nelsón Andrés Junca de la Unión Patriótica. A estos asesinatos se
suma la mascare de nueve campesinos en el departamento de Putumayo; la
detención de Noreida del Carmen Trejos, Rigoberto Marín Vallejo, José Orlando
Ángel Quintero y Wilson Castrillón. Además, prosiguen los atentados y amenazas
contra dirigentes sociales y políticos, incluidos reconocidos dirigentes
liberales como Piedad Córdoba.
Si se tiene en cuenta que desde la fundación de Marcha
Patriótica en el 2012 han sido asesinados 116 sus militantes, no es una
exageración pensar que ésta es otra versión de la misma y peligrosa paz de los
sepulcros que exterminó a la Unión Patriótica a mediados de los 80.
¡CONTRA
EL TERRORISMO DE ESTADO!
¡LUCHA
DIRECTA Y ORGANIZADA DE LAS MASAS!
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