Es lo
que muestra los siguientes testimonios directos de desplazados de diferentes
partes del país.
• Hay acceso limitado en educación, empleo
y atención en salud. No hay planes de vivienda.
• Al ser obligados a desplazarse a las
ciudades y vivir en lugares periféricos, los hijos se han involucrado en
pandillismo, delincuencia, consumo de drogas y prostitución.
• Se presenta asesinato constante de los
líderes reclamantes de tierras y defensores de sus derechos, y el Estado los
adjudica a otras causas.
• No quieren retornar al campo porque no
hay ninguna garantía de seguridad, a pesar que en la Ley de Víctimas y
Restitución de Tierras y los acuerdos firmados con las FARC, el gobierno les
promete garantías de no repetición.
• Son revictimizados por el mismo Estado.
Son burlados por las Mesas de Víctimas, éstas están al servicio del Estado.
• Muchos desplazados mueren esperando la
indemnización, mientras que los grandes poderosos que fueron víctimas de
secuestro, como Alan Jara, sí recibieron rápidamente abultadas indemnizaciones.
• El gobierno ha incumplido con las
promesas de la Ley 1448. Las víctimas del desplazamiento son el “eje central”
en el proceso de paz, pero aumenta la violencia cambiando solo el método de
accionar.
• A las mujeres desplazadas víctimas de
violencia sexual, la Unidad de Víctimas no las incluye, no son incluidas en el
restitución de tierras; son revictimizadas.
• Luego de 10 años de desplazamiento, ya
no tienen derecho a nada, ni proyecto productivo, ni ayuda humanitaria.
• Las mujeres han sufrido en carne propia
las consecuencias del desplazamiento, y hoy muchas están sufriendo la
explotación sexual porque han tenido que prostituirse para llevar un pan a sus
hijos, porque el Estado no ha sido capaz de solucionar nada.Las
asesinan, son víctimas de trata de personas, y de eso no se habla nada en los
medios. Hay mujeres esclavas sexuales que se convierten en alcohólicas y
drogadictas porque no soportan ser violadas por unos cuantos pesos.
Son muchas más las palabras de los
desplazados, las declaraciones, que dejan en firme la verdad sobre la actuación
del Estado y sus instituciones, de qué lado están realmente.
Es a la vez una demostración viva para
que los desplazados no sigan depositando su confianza en el Estado, ni en el
gobierno de Santos o cualquiera de sus establecimientos que han montado, con el
fin de “servir” a las “víctimas”.
En la Ley 1448 se lee: “El pleno
reconocimiento de los derechos de las víctimas es un histórico paso hacia la
construcción de la paz. La centralidad de las víctimas y el pleno
reconocimiento de sus derechos son para los colombianos una prioridad
absoluta.”
En el acuerdo final de La Habana, en el
punto 1.1.7. “Restitución: el Gobierno Nacional y las FARC-EP comparten el
propósito de que se reviertan los efectos del conflicto, que se restituyan a
las víctimas del despojo y del desplazamiento forzado y a las comunidades sus
derechos sobre la tierra, y que se produzca el retorno voluntario de mujeres y
hombres en situación de desplazamiento. ….”
En el punto 5. Acuerdo sobre las
Víctimas del Conflicto: “Resarcir a las víctimas está en el centro del Acuerdo
entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP.”
“...tienen
derecho a ser resarcidas por los daños que sufrieron a causa del conflicto...”
Teniendo en cuenta solamente estos
poquitos apartes de los acuerdos de La habana y la ley 1448, es fácil darse
cuenta que son promesas de papel, y que todo está pensado para favorecer a los
responsables de la guerra y el despojo violento a los pobres del campo; que las
leyes con sus reformas, decretos y acuerdos entre explotadores han sido
precisamente para legalizar ese despojo favoreciendo el desarrollo capitalista
en el campo; han permitido que grandes empresas capitalistas nacionales y
extrajeras se hayan apoderado de las tierras posando como “compradores de buena
fe” y aumentar sus incalculables riquezas, mientras los desplazados están cada
día peor. La Ley de Víctimas ha servido a funcionarios corruptos y a
politiqueros responsables del desplazamiento y de miles de asesinatos y
desapariciones, y sin embargo andan por ahí libres protegidos por el Estado.
En cuanto a la “reparación”, viendo solo
unos ejemplos de las que dicen han dado, y que reportan en los medios de
comunicación burgueses, efectivamente sí han dado dinero a unas pocas familias,
pero son cantidades que representan realmente una miseria; son limosnas y no
alcanza a cubrir en lo más mínimo, todo lo que el Estado les debe. Los
gobernantes y funcionarios son tan descarados que se atreven a afirmar “que reparar a las víctimas es construir
paz”. Que “no entregan dinero, sino futuro” para los desplazados.
Los Comités de Lucha hacen un llamado a
los compañeros desplazados, a trabajar por la unidad y organización; a
depositar toda su confianza única y exclusivamente en su fuerza, a volcarse a
la calle y luchar por exigir sus derechos. La barbarie que todo el país conoce,
no cesa; continúan desplazando, asesinando líderes y campesinos, donde el
principal actor es el Estado capitalista en común acuerdo con los demás actores
que para el pueblo y el país no son desconocidos: paramilitares, guerrilla,
ejército.
Ante esta situación de agonía y
desespero los desplazados no deben aguantar más; está llegando la hora de
actuar y ponerle coto, una salida contundente que contrarreste la arremetida y
la burla por parte del Estado, y sus gobernantes.
Los desplazados son golpeados una y más
veces y cuando le viene en gana a los ricos y su Estado. Esto tiene una razón
de ser, es la falta de unidad y seguir confiando en el Estado. Sus luchas son
aisladas, lo que permite al enemigo del pueblo convertirlos en presa fácil para
golpearlos no solo en físico, también con mentiras y promesas falsas.
Es urgente intensificar la lucha
buscando la unidad para la lucha y no para conciliar, que represente los
intereses comunes de todos, para tener más fuerza; es indispensable no caer en
la trampa de los politiqueros que ya están pescando votos para la próxima farsa
electoral del 2018, porque los desplazados son un botín perfecto para los
politiqueros en campaña, prometiendo que desde las urnas y los puestos del Estado,
solucionarán su terribles problemas. Su lucha debe ser con total independencia
organizativa, ideológica y política de las clases dominantes, de sus partidos
politiqueros y su Estado.
Así como el Estado colombiano tiene sus
aliados, las fuerzas armadas, los jueces y todo el estamento del gobierno; los
desplazados también tienen amigos y aliados en otros sectores, como son los
obreros, maestros, estudiantes, los pequeños comerciantes, vendedores
ambulantes, recicldores… también sufren el flagelo de la represión y
explotación; por lo tanto es vital unirse con ellos para enfrentar al enemigo y
doblegar esas fuerzas represivas y explotadoras que tanto daño hacen al pueblo
trabajador colombiano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario