El salario de los trabajadores es para los patrones una
fuente de riqueza. En la medida en que los obreros se unan para luchar por un
alza general de salarios, podrá reducirse la ganancia de los capitalistas; por
el contrario, en la medida en que los trabajadores permanezcan pasivos, todos
los ricos arremeterán en su contra rebajando el salario al punto de la miseria,
y con ello incrementando sus extraordinarias ganancias.
Pero bien, el salario no es solo el pago en bruto que se
recibe cada mes, dentro de él se incluyen: el subsidio de transporte, los
aportes a salud, a cesantías y pensiones y, cada vez que los capitalistas tocan
alguno de esos aspectos, tocan también el salario como tal.
Entonces, si suben la gasolina, que por cierto en
Colombia su precio adquiere un récord histórico donde cada galón oscila entre
$9300 y $9450 aproximadamente; tocan directamente el subsidio de transporte el
cual se esfuma ante las alzas en tarifas del transporte principalmente; del
mismo modo la reforma y el mismo sistema de salud disminuyen medicamentos y
procedimientos incluidos en el POS, cierran hospitales públicos ante los
millones que les adeudan las EPS, y esto sucede pese al “juicioso análisis” del
Consejo Nacional Gremial en su Agenda Empresarial, en el cual según ellos, en
los últimos veinte años ha habido un avance sustancial respecto a la ¡cobertura
y equidad en salud! Y otros análisis con los que argumentan que la falta de
sostenibilidad del sistema de salud, se debe no al negocio en que la han
convertido, sino que se lo endosan a los trabajadores, acusándolos de un alto
porcentaje de ausentismo laboral por enfermedades comunes. Por tanto, además de
que el aporte del obrero a salud queda en manos de aquel mismo grupo de ricos
que también tienen sus tentáculos en este negocio, se pretende eximir a las
empresas del pago de días de incapacidad, eximirlas de la responsabilidad
respecto a reubicación por enfermedades “no laborales”, transferir al Estado
las enfermedades huérfanas y de alto costo… en fin todo a favor de los grandes
mercaderes de la salud, mientras las masas trabajadoras siguen muriendo en las
puertas de hospitales a pesar de pagar sagradamente cada mes su aporte a salud.
Ni que decir de las reformas tributarias, los impuestos
gravados a productos básicos de la canasta familiar, el 4 por mil y como lo
anunciara el Ministro de Hacienda la nueva tributación de los colombianos de a
pie mientras se disminuyen impuestos a las grandes empresas donde se invertirá
el porcentaje de tributación en 15% para la gran empresa y 85% para las
personas naturales; es evidente que esto reduce sustancialmente el salario,
asunto que por supuesto no le importa para nada a los capitalistas; de hecho
Sarmiento Angulo está muy de acuerdo con gravar IVA a TODOS los productos
básicos de la canasta familiar, ¡Claro que lo está! Con ello sus bolsillos y
los de todos los capitalistas y terratenientes siguen llenándose, acumulando
riqueza mientras ¡el pueblo acumulará hambre! Esas son sus grandes reformas,
donde los que no tienen más que su vida para trabajar deben pagar para que los
ricos puedan sobrellevar la crisis en la cual se encuentran inmersos y, así
también el salario del obrero se esfuma.
Ahora bien, respecto a las cesantías, desde el gobierno
de Uribe se disminuyó el porcentaje de intereses pagados a los trabajadores, y
ahora la pretensión es ¡eliminarlos! Más golpes al obrero para arrebatarle el
salario, pues las cesantías son dinero ahorrado por el trabajador que en
últimas es devuelto como parte de la liquidación al finalizar un contrato; pero
mientras esto ocurre, ese monto es manejado por fondos privados de pensiones y
cesantías, quienes reportan utilidades exorbitantes, pero lloriquean con el
argumento de la poca rentabilidad que generan las cesantías de ¡millones de
obreros en Colombia! Una vil excusa para robar al trabajador, y con ello descargar
sobre la espalda del pueblo laborioso, su crisis económica.
No siendo suficiente con el paquete de medidas que
aprobaron los empresarios en la reconocida Agenda Empresarial: reforma
tributaria, reducción de salarios, regulación de la protesta, privatización de
la educación… se suma también la reforma pensional, que reúne a varios
luchadores en este evento.
¡Sí! Las pensiones. No les alcanza con la reducción del
salario por todos los medios, ahora también se quieren embolsillar lo que el
trabajador ahorra durante TODA su vida para tener una vejez digna. Aquel
porcentaje que hace parte del salario porque con ello se paga el desgaste de
los obreros que día a día entregan su vida en sus lugares de trabajo.
Desde la Agenda Empresarial los ricos de este país
argumentan que en Colombia la mitad de adultos mayores recibe pensión y que de
esa cantidad el 46% recibe pensión contributiva y el 54% restante recibe un
subsidio de Colombia Mayor, hablan también de la poca cobertura en pensiones
con apenas un 31% de trabajadores formales cotizando; así mismo inequidad,
pobreza entre los adultos mayores y para rematar dicen que el régimen público
de pensiones representa una “elevada carga fiscal”; sin embargo Sergio Clavijo
director de Anif (Asociación Nacional de Instituciones Financieras) y quien
dice estar en contra del régimen público de Colpensiones, acaba de pensionarse
precisamente por ¡Colpensiones! ¡Qué hipocresía!
Todo esto para proponer, o mejor dicho ordenar al
gobierno de turno la “necesaria reforma pensional” con el objetivo de seguir
atentando contra el salario del obrero y sometiendo mucho más a la pobreza y
miseria a los trabajadores en general; hablan de eliminar la estabilidad
laboral reforzada, sacando como si nada a los compañeros con enfermedades
laborales, lo cual harán fácilmente en asocio con las ARL y claro, sobra decir
que con ello el trabajador que no ha alcanzado a cotizar las semanas de pensión
por mucho alcanzará un bono pensional, al cual podrá acceder hasta que cumpla
la edad decretada para ello.
También acuerdan los ricachones en su Agenda Empresarial:
pensión con promedio del salario ganado durante toda la vida y no en los
últimos 10 años; reducir gradualmente la tasa de reemplazo de los niveles de
65% a niveles más “acordes” con la sostenibilidad financiera del sistema;
reducir el valor de pensión de sobreviviente de 100% a 70% u 80%... en fin una
reforma muy bien pensada y engranada con todos los aspectos de la vida del trabajador:
salud, educación, vivienda, alimentación y transporte.
En palabras de un activista luchador
publicadas en el Faro 65, lo que gobierno y empresarios quieren es “...subir la tasa de cotización... La mesada
frente al último salario se reduzca en el sistema público también a lo que
pagan los fondos privados de pensiones. También quieren que se suspenda la
garantía de una pensión mínima que no puede ser inferior al salario mínimo como
está establecido actualmente...sino que se puedan pagar pensiones inferiores al
salario mínimo legal. En últimas los fondos privados, Fedesarrollo, los
organismos multilaterales de crédito, lo que quieren es que en Colombia se
generalice una pensión miserable que llaman beneficios económicos periódicos, o
que se generalice como lo que se conoce hoy como subsidio de Colombia Mayor y
que eso entre a reemplazar las pensiones de la mayoría de los colombiano...
El problema es que la mayoría de los
colombianos deberíamos tener derecho a pensionarnos con los aportes que hacemos
hoy en día.... La preocupación de Asofondos o Fedesarrollo no es porque hay
unas altas pensiones de congresistas o magistrados, esa no es su
preocupación... La reforma no se trata para acabar las pensiones de los
parlamentarios, es para reducir a una cifra ínfima las pensiones de la inmensa
mayoría de los colombianos en beneficio del gran capital monopolista financiero
de Colombia...”
Es entonces evidente, que la reforma pensional es parte
de la embestida de los capitalistas dueños de los medios de producción, de las
empresas, de los bancos, de los fondos privados de pensión, contra los
trabajadores. A pesar de sus escaramuzas, propias de las competencias y
contradicciones por lucrativos negocios y
ganancias, se han unido, y con el Estado de su parte quieren garantizar sus
medidas, ya sea con las leyes o con la bota militar. El gobierno y empresarios
llevarán a la práctica esta y todas las reformas que plantean si se les deja el
camino libre, pero si la indignación
de los afectados se transforma en unidad, organización y lucha directa, en las
calles, será posible hacerlos retroceder.
Es una lucha que debe librarse también con los hermanos
campesinos medios y pobres, despojados de sus tierras y burlados porque no recibirán
tierra ni se serán reparados, al contrario los reclamantes de tierras suman un
número importante en el asesinato de líderes; igualmente existe el problema de
los caros y pésimos servicios públicos domiciliarios motivo de varios paros y asonadas
en la costa Caribe y las regiones olvidadas.
Todos estos problemas sumados a las reformas pensional,
laboral, tributaria, a la salud,…, son parte de los planes perjudiciales y
reaccionarios del imperialismo, burguesía y terratenientes contra los
trabajadores del campo y la ciudad para superar la crisis económica que los
mismos explotadores han causado. Por tal razón, el pueblo debe
oponerse radicalmente, unirse y luchar confiando ciegamente solo en la fuerza
de las masas explotadas y oprimidas, desterrando toda posibilidad de confianza
en los politiqueros, en el Estado de los ricos y sus instituciones, porque
éstos trabajan y legislan siempre a favor de los de arriba, porque el Estado
garantiza la superexplotación, opresión y represión a millones de trabajadores,
y con ello el enriquecimiento de los explotadores. Hay que luchar con total
independencia de los dirigentes que han traicionado al movimiento y de los partidos
oportunistas que venden los derechos de obreros, campesinos y todo el pueblo
trabajador, con la política de conciliación
y concertación, amordazando la lucha directa de las masas, para apoyar a
los enemigos del pueblo.
La justa lucha contra estas reformas y por Alza General de
Salarios, debe ser en la calle, con la huelga y el paro, golpeando en el
corazón de la economía a los ricachones, dirigida contra todos los explotadores
y su Estado; es decir, una Poderosa Huelga Política de Masas, “que significa la
movilización y levantamiento general de las masas oprimidas y explotadas, y que
mediante un gran paro de la producción en todo el país, golpee a los
capitalistas y obligue al Estado a frenar la
reaccionaria arremetida de los explotadores, ….”
Dos tácticas diferentes se han propuesto al movimiento de
masas, para enfrentar la embestida de los reaccionarios:
La táctica reformista, conciliadora y de promesas de paz,
basada en el engaño de creer que la paz de los ricos es favorable para el
pueblo, cuando en verdad bajo la envoltura democrática de los de arriba
continúan gobernando para explotar y oprimir a los de abajo. Táctica
respaldada por los apagafuegos jefes
oportunistas de las centrales sindicales que cuando hablan de Paro Nacional lo
hacen para aplazarlo,…
Y la táctica revolucionaria de la cual somos parte los
Comités de Lucha, que impulsa el camino de la independencia tanto política como
organizativa, llama a los trabajadores oprimidos y explotados a despojarse de
las ilusiones en la politiquería del Estado reaccionario, a confiar en la fuerza
directa del pueblo, organizándola y haciéndola valer con su movilización en la
Huelga Política de Masas contra el Estado representante político de los
capitalistas.
Táctica revolucionaria que hace parte del camino hacia la
Revolución Socialista que ha de extirpar de raíz la opresión y la explotación
del pueblo colombiano. Avanzar en ese gran propósito exige, entre otras
necesidades, que el proletariado se organice como Partido político
independiente y a través de él dirija a todo el pueblo en su lucha de emancipación.
Así mismo exige que el movimiento sindical de la clase obrera sea para la lucha
y no para la conciliación, y se haga parte del apoyo, participación,
generalización y unidad de las Huelgas
Políticas de Masas.
Los Comités de Lucha respaldan esas tareas de la clase
obrera, pero destacan que su papel específico como organizaciones políticas de
masas, se centra en organizar, dirigir y ser los Comités de la Huelga Política
de Masas; por lo cual promueven y apoyan las Asambleas donde las masas decidan
directamente, llámense Encuentros de Luchadores, Asambleas Obrero-Populares,
Encuentros Obrero-Campesinos…” Plataforma de Lucha del Pueblo Colombiano.
Pues bien compañeros, es hora de enfrentar unidos dicho
ataque, y los organizadores y asistentes a este evento tienen hoy la enorme
responsabilidad de trabajar por la necesaria unidad de los sectores en
conflicto. Los de arriba están temporalmente unidos, pero los de abajo son más,
y pueden enfrentarlos en la medida en que se combata la dispersión actual y se
organice la lucha para enfrentar a los bellacos que quieren continuar
acumulando ganancias a costa de los trabajadores.
Este encuentro es también parte de la importante tarea de
unir al pueblo y generalizar las Huelgas Políticas de Masas dispersas y locales.
Debe salir como compromiso inmediato, la tarea de trabajar por el Paro Nacional
Indefinido, que paralice todo el país con bloqueos, movilizaciones, lucha
directa y paro de la producción y, que sea contra el Estado, el capital
financiero, los empresarios y todos los opulentos y explotadores vengan de
donde vengan. Hay que concentrarse en el paro, sin dejarse confundir por
politiqueros y sus campañas, ni por los dirigentes arrodillados que se van por
el camino de la conciliación y concertación; todos ellos desvían, enfrían e
inmovilizan a las masas indignadas, al pueblo indignado y cansado de tanto
atropello.
Así las cosas, este Encuentro tiene el compromiso de
organizar el Paro Nacional Indefinido, para lo cual se requiere:
·
Destacar los
activistas que trabajen por una plataforma que recoja las necesidades del
pueblo colombiano y que defina las formas de organización y lucha para
organizar y realizar el Paro Nacional Indefinido.
·
Organización
inmediata de núcleos impulsores del Paro, con el fin de consolidar la
plataforma y empezar a organizar a los luchadores.
·
Movilización
constante contra las medidas que ya empieza a anunciar el gobierno de Duque, incluyendo
el terrorismo de Estado que no ha cesado y ha cobrado cientos de vidas de
líderes sociales y políticos.
·
Preparación de
encuentros regionales y nacionales, Asambleas obreras, campesinas, populares,
etc. donde se abarquen todas las luchas del pueblo y se defina la realización
del Paro Nacional Indefinido o Huelga Política de Masas.
Adelante compañeros, no se puede dejar que los miserables
ricachones sigan engordando sus cuentas bancarias y disfrutando de grandes
lujos, mientras el pueblo que trabaja duro a diario, esté cada día más
empobrecido.
El camino de la lucha es el único que podrá detener la
ofensiva de los capitalistas, ¡todos a tomar su puesto en esta batalla!
¡NI EL ESTADO, NI LOS POLITIQUROS. SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!
¡POR ALZA GENERAL DE SALARIOS, SALUD, EDUCACIÓN Y VIVIENDA PARA EL PUEBLO,
VIVA LA HUELGA POLÍTICA DE MASAS!
Comités de Lucha Colombia
Septiembre 8 y 9 de 2018
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