viernes, 17 de junio de 2016

VERDADES Y MENTIRAS DE LOS DIÁLOGOS DE LA HABANA




¿Por qué en medio de los diálogos de paz, las masas laboriosas continúan padeciendo hambre, miseria y explotación? ¿Por qué si el gobierno y los medios de comunicación dicen que la paz está a la vuelta de la esquina, siguen muriendo líderes indígenas, sindicales y sociales? ¿Por qué si se promueve un ambiente de pacificación, las manifestaciones del pueblo son atendidas a garrote y bala?

Algo anda mal compañeros, para todos es evidente que la paz pregonada por los explotadores, no se corresponde en los hechos con lo que las masas anhelan como una verdadera paz.  Lo que reciben es garrote, medidas en contra de los trabajadores y las masas populares, persecución, represión, explotación, miseria, muerte, desplazamiento… En fin, con la paz negociada en La Habana, al pueblo colombiano le toca la peor parte.

Entonces, ¿será que los proyectos de paz entre los representantes de las clases dominantes y los jefes guerrilleros, es la paz que necesitan las masas en Colombia? ¿De todo lo que han acordado, quedará algo que realmente le sirva al pueblo colombiano? ¿Serán las víctimas de la guerra contra el pueblo, realmente reparadas?

Los invitamos a enterarse del verdadero carácter que tiene la paz que están negociando en La Habana, las consecuencias que tiene para el pueblo y los luchadores, y en últimas, los verdaderos intereses que tienen los ricos del país en que se firme esa paz, que no es la paz del pueblo.

Si quieren saber éstas y otras cosas sobre el proceso de paz entre el gobierno de Santos y los jefes de las FARC los invitamos a una Conferencia sobre este importante tema.

SABADO 25 DE JUNIO – 3:00 P.M.


CARRERA 3 # 12C-48


LA CANDELARIA - BOGOTÁ






Comité de Lucha Popular de Bogotá

SIGUEN ASESINANDO MIENTRAS HABLAN DE PAZ






Sí, mientras los gobernantes y guerrilleros hablan de paz y posconflicto… el Estado en cabeza de Santos y los grupos paramilitares amparados por las fuerzas militares, siguen asesinando dirigentes sociales, reclamantes de tierras y activistas de “derechos humanos”. Esa es la paz de los oligarcas y del gobierno que los dirigentes de la llamada izquierda y los directivos de las centrales sindicales respaldan y ayudaron a reelegir.

Las cifras son escandalosas. Según el diario El Espectador del 5 de abril, en el transcurso del año: “se han producido 28 asesinatos, 13 de los cuales se dirigieron contra defensores de derechos humanos y 15 fueron objeto de acciones de 'limpieza social', estrategia de los criminales para crear miedo.”

El propio Ministro de Gobierno, Juan Fernando Cristo reconoció el 9 de abril que en lo que va corrido del año han sido asesinados 12 dirigentes sociales, es decir un crimen político por semana; en una declaración hipócrita dijo: “andamos en contacto con dirigentes de derechos humanos, de la Marcha Patriótica, de la Unión Patriótica, la Cumbre Agraria y les estamos pidiendo que conformen un equipo con cinco representantes de las organizaciones sociales para establecer medidas”.  Y se comprometió a crear una comisión con representantes del ministerio de Defensa, la Policía Nacional, entre otras, las mismas fuerzas encargadas de perpetrar y encubrir los crímenes “a fin de evitar que sigan asesinando a líderes sociales en el país”.

Es tan terrible la situación de violencia e impunidad que hasta el gobierno central de Estados Unidos se pronunció preocupado porque en Colombia impera: “Un sistema judicial ineficaz sujeto a la intimidación limita la capacidad del Gobierno para perseguir eficazmente a individuos acusados de violaciones de derechos humanos, entre ellos exmiembros de grupos paramilitares”. Y porque sigue rampante la actividad de “grupos criminales, algunos de los cuales integran antiguos paramilitares”.

Por su parte, voceros de Marcha Patriótica afirman que sólo en el mes de marzo las víctimas superan a las que ha informado el gobierno para todo el año y entre las que se cuentan: Maricela Tombé del Congreso de los Pueblos, Alexander Oime de la Organización Nacional Indígena de Colombia, Klaus Zapata de la Juventud Comunista, Milton Escobar de la Unión Patriótica, William Castillo, Alex Carrillo, Cristian y Jorge Castiblanco de Marcha Patriótica. En los primeros días de abril aparecido muerto con signos de tortura el joven estudiante Nelsón Andrés Junca de la Unión Patriótica. A estos asesinatos se suma la mascare de nueve campesinos en el departamento de Putumayo; la detención de Noreida del Carmen Trejos, Rigoberto Marín Vallejo, José Orlando Ángel Quintero y Wilson Castrillón. Además, prosiguen los atentados y amenazas contra dirigentes sociales y políticos, incluidos reconocidos dirigentes liberales como Piedad Córdoba. 

Si se tiene en cuenta que desde la fundación de Marcha Patriótica en el 2012 han sido asesinados 116 sus militantes, no es una exageración pensar que ésta es otra versión de la misma y peligrosa paz de los sepulcros que exterminó a la Unión Patriótica a mediados de los 80.

¡CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO!

¡LUCHA DIRECTA Y ORGANIZADA DE LAS MASAS!